Fondos mentirosos

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Veo dos entrevistas al matrimonio de escritores Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo, él para el periódico La Vanguardia, ella para el programa de televisión de Andreu Buenafuente. Me llama la atención que el fondo del lugar en el que aparecen ambos es el mismo: una especie de espesa y densa selva tropical con un color verde agobiante.

Se ven ahora tal cantidad de vídeo llamadas en televisión que hay veces que me entretengo más observando el lugar en el que se encuentra el entrevistado que prestando atención a lo que está diciendo. Debe ser una consecuencia más de todo Esto.

Comento lo anterior en el Ilustre Cenáculo y mi amigo Carlos me dice que “algunos de los programas (Skype, GoTo, Jitsi, Zoom) permiten simular un fondo. Así parece que haces la videoconferencia desde un bosque, una playa, o el espacio, aunque se nota que el fondo no es real.
Ayer me contaron que ya hay compañías que crean fondos en altísima resolución que no son  dfáciles de distinguir de la realidad. Al parecer tienen mucho éxito los fondos de despacho con una biblioteca de lujo. Por supuesto puedes elegir títulos que quieras y dar así la impresión de tener una cultura enciclopédica.”

Me parece algo extraordinario, vivimos en un mundo que imaginábamos distópico pero que se ha hecho realidad, y lo envolvemos con fondos irreales para escapar de ese mundo que estamos viviendo. Reflexiono sobre ello y trato de imaginar algunos de los fondos reales, fondos de mi vida, que elegiría para mis vídeo llamadas si fuese alguien importante, alguien que tuviese que cuidar su imagen pública: paisajes o monumentos de alguno de los viajes que hice, un rincón del patio de casa, el verde trigal que espiga y grana estos días con el cortijo al fondo, el parque infantil en el que juega/jugaba mi nieta, la senda solitaria custodiada por el olivar y el girasol en flor por el que doy/daba mis caminatas solitarias, la estantería que comparten libros y exóticos botellines de cerveza… Imágenes que hoy día no son todas posibles pues sería más fácil colocar de fondo la foto de un fiordo noruego que una de la senda por la que salía a caminar.