Hoy sería imposible

imposible

En “El advenimiento de la República”, concretamente en el capítulo titulado “Hacia las tres y media de la tarde” (del 14 de abril), escribe Josep Pla: “A esta hora, los pocos transeúntes que pasean por el cruce formado por la Castellana y la calle de Alcalá observan con asombro cómo una bandera sube lentamente por el mástil del Palacio de Comunicaciones. Al otro lado de la Castellana está el Banco de España, y en el otro ángulo de Alcalá, los jardines del palacio Godoy, sede del Ministerio de la Guerra.

La bandera que sube por el mástil es la bandera republicana. La noticia corre como una exhalación y una riada de gente sale de los cafés y los establecimientos colindantes a ver la bandera.”

Antes de que todo Esto comenzara uno esperaba con atención las señales que el actual gobierno  podría emitir, nítida o enmascaradamente, dependiendo de la facción gubernamental, sobre el asunto Monarquía versus República. Eran esos tiempos en los que se conocían los trapicheos del anterior rey, en los que había ministros que antes del cargo llamaban ciudadano Borbón al rey actual, tiempos en los que los independentistas catalanes disfrazaban con nobles ideales “republicanos” sus artimañas ilegales e insolidarias, etc. Todo ello quedó paralizado, si no arrasado, por la pandemia. Ahora todo eso es secundario, habrá que esperar a la nueva normalidad para ver si todo lo que antes considerábamos importante vuelve a serlo o, por el contrario, todo Esto abre nuevos intereses y se fijan los focos en lo realmente válido para lo que en esencia somos, humanos, más allá de ser republicanos o monárquicos, constitucionalistas o independentistas…

Cierro con algunas líneas más del libro de Pla que antes citaba: “En el cruce hay mucha gente. El volumen aumenta a cada instante… veo que el enorme gentío tiene tendencia a subir por la calle de Alcalá, hacia la Puerta del Sol. La cosa está consumada.” Hoy sería imposible.