No hacen nada pero me sacan de quicio

– Si viviésemos en otra época, en aquel pasado de relaciones diplomáticas basadas en los matrimonios de príncipes sucesores y princesas herederas, quizás habría una oportunidad monárquica de solucionar la sempiterna amistad/crisis con nuestro vecino marroquí. Veo esa foto de la heredera Leonor y del heredero Mulay Hassan y pienso en ello cual si fuese un conde duque del siglo XVII aconsejando a mi señor. Pero no, gracias al Supremo que con distintos nombres nos guarda a un lado y otro del Estrecho, esas prácticas ya caducaron. A no ser que surgiera el amor…

– Leo un tuit del escritor y columnista Alberto Olmos que me reconforta porque siempre he pensado lo mismo. Se refiere a ese dueño de un perro que tras ladrarte o lamerte los tobillos (el perro, no el dueño) suelta el consabido: No hace nada. Siempre me dan ganas de responder: Ya lo ha hecho. Pero, todavía no lo he hecho.

– En el silencio de las nuevas madrugadas tan sólo se oían el monótono ruido de las lavadoras programadas y el respirar cetáceo de las planchas de vapor.

-Vuelvo a leer el tuit de Alberto Olmos. Escribe la tradicional expresión me saca de quicio.  Ahora escucho más decir me saca de mis casillas, o el más literal me pone de los nervios. Me gusta más la primera.