No te veré morir – Antonio Muñoz Molina

Esta es una historia de amor que parecía iba a durar para siempre y se rompió porque el futuro es imprevisible. O no lo es tanto cuando la personalidad de uno de los amantes está tan definida por la influencia familiar que se impone a todo lo demás, incluida esa previsible historia de amor. Esta es la historia de amor de Gabriel Aristu y Adriana Zuber, separados durante cincuenta años por un océano de agua y un mar de incomunicación que desaparecerán cuando los dos protagonistas de la historia vuelven a encontrarse.

Arranca la historia con una primera parte en la que no hay punto seguido ni punto y aparte. Una larga y única frase que abarca el treinta por ciento del libro, un sin aliento que el lector devora para acabar pensando que esa primera parte es ya una novela en sí misma, que todo podía acabar ahí. La mejor prosa de Muñoz Molina reaparece en ese contar lo que pasó y lo que está pasando, en un ir y venir temporal y espacial que atrapa.

En la segunda parte seguimos conociendo detalles de esa historia y del protagonista a través del profesor Julio Máiquez, personaje en el que uno puede reconocer parte de la biografía del propio autor.

En la tercera se produce el reencuentro de quienes fueron amantes y se separaron hace cincuenta años. Ese encuentro entre dos personas que ya han alcanzado la vejez, él sobreviviente por ahora de un cáncer, ella afectada por una enfermedad degenerativa, vidas que parecen ya amortizadas pero que se reactivan en una charla sobre lo que fue su relación y lo que pudo ser, sobre la vida que cada uno de los dos vivió alejado del otro. Una tercera parte, una charla, que acaba con una petición impactante por uno de los dos personajes.

Y cierra el libro la cuarta parte con la nueva presencia de Julio Máiquez, el personaje que sirve de engarce en esta historia sobre las sutilezas del tiempo pasado y lo secretos que guardan los dos protagonistas, sobre lo que fue un amor de juventud y la nostalgia del mismo.

Me ha encantado esta vuelta de Muñoz Molina a lo puramente narrativo, a la narración intimista de esta historia perfectamente estructurada.