11/07/2018 – Me gusta ser ordenado, saber dónde tengo cada cosa que poseo. No es tan complicado cuando no se poseen tantas cosas, o cuando se poseen muchas pero son pocas las necesarias. Leí en “La mujer justa” (Sandor Marai): El orden reinaba a su alrededor y, por supuesto, en su cartera. Su alma era el único lugar donde el orden y la armonía quizá no fuesen perfectos… Parece ser que el orden exterior responde siempre a un deseo de ocultar un desorden interior. Siempre, no. Pero, en muchas ocasiones, sí.
12/07/2018 – Suenan las guitarras, la clásica y la flamenca, en el anochecer de un patio palaciego. De fondo el trinar de los vencejos antes de recogerse. Paganini y Tárrega, bulerías y alegrías… Un año más suenan la guitarras entre arcos y columnas, a pocos metros del mar.
13/07/2018 – Cuando estornudo lo hago de manera abierta, sonora y liberadora. Ella estornuda de manera constreñida, intentando que ese acto fisiológico pase desapercibido. Le comento que no debería hacerlo así porque no sé donde escuche que es perjudicial para no sé cuales órganos corporales (sí, no presto mucha atención a las noticias médicas y similares). Me contesta que no puede hacerlo de otra manera y que debe ser el legado de una educación de represión en eso de las buenas formas y demás. Le respondo que, si van a sacar a Franco de su tumba, ya va siendo hora de que ella se libere.
14/07/2018 – Chijatazo (pronúnciese chijhataso) es una palabra que no existe en el diccionario. Un chijhataso vendría a ser la expulsión imprevista y ruidosa de algo que está en el interior. Por ejemplo, cuando el agua corriente ha estado cortada y al abrir el grifo éste expulsa el líquido de manera imprevista mientras parece hacer violentas gárgaras. Hacía tiempo que no empleaba esta palabra. Me la ha recordado uno de esos ambientadores automáticos que expulsan al exterior el producto contenido en su interior soltando un chijhataso odorífero de cuando en cuando.
La Girola (Blog de Nicolás Doncel Villegas) 