1. El librero tuvo que cerrar su negocio. Se aficionó a las armas y a robar e-books. Ahora, en el bosque, los usa como si fuesen botellines.
2. El icono de la batería parpadeó. Conectó el e-book a la red eléctrica. Se giró en la cama. Allí estaba ella. Sintió que… Y conectó…
3. Envolvió el e-book en aquellas viejas e inservibles facturas. Acabada la mudanza lo desenvolvió y se encontró una calculadora.
4. Ocurrió en la cama: el resplandor de la lucecita de su e-book fue quien iluminó la sombra del cuchillo en la mano de la esposa insatisfecha.
5. El último best-seller, a los que era tan aficionado, y el último modelo de e-book sumergible fueron la causa de su muerte: ahogamiento.
6. El hijo con el i-pad, la hija con la tablet… Cuando él se compró un lector electrónico, “para leer”, aclaró, le llamaron antiguo.
7. Cuando eliminaba un libro del e-book quemaba otro en papel. El día que le vieron quemar el Corán supo que no volvería a leer más.
8. Se pasaba las tardes leyendo en el parque infantil. No volvió desde que la policía contra la pederastia descubrió el contenido de su e-book.
9. El maestro combinaba a la perfección la tradición y la modernidad: castigaba a sus alumnos con los brazos en cruz y un e-book en cada mano.
10. – Hijo, para leer en la otra vida, me enterrarás con mis valiosísimos incunables.
El hijo los transcribió al e-book funerario.
11. Cuando se quedó en la ruina pensó: “¿por qué no compré en papel todos los libros del e-book? Al menos el frío invernal sería más llevadero”.
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