- Con el olfato percibía los olores, con el oído los sonidos, con el gusto los sabores… Con el sentido del humor detectaba a los malajes.
- Cuando le decían que no tenía sentido del humor se reía. Entonces le llamaban contradictorio y respondía que estaba de acuerdo.
- Mientras él se empeñaba en buscar el punto G, ella hacía lo mismo con el sentido del humor de él.
- Dicen que aquel niño tenía un sexto sentido, pero nadie lo vio nunca sonreír. También dicen que veía muertos. ¡Hay qué tener guasa!
- La crisis económica le hizo perder el sentido del humor. Decidió caminar por la cornisa de la terraza y perdió el sentido del equilibrio.
- Intentó emular a aquel actor y dijo: “alégrame el día”. Cuando oyó el disparo comprendió que su interlocutor no tenía sentido del humor.
- El sentido del humor de don Eufrasio era muy variable. Dependía del sacramento que le tocaba administrar.
- Nadie comprendía cómo había podido ocurrir, todos decían que su muerte fue un sinsentido. Él, tan callado, tan serio, murió de un ataque de risa.
- Aquel día le soltó una bofetada a su jefe mientras le explicaba que meterle mano para hacerle cosquillas no era tener sentido del humor.
- Su alma aún deambulaba por el tanatorio cuando escuchó aquel chiste sobre testamentos. La viuda creyó ver una sonrisa en el cadáver.